Aprender

maquillar la vida es más fácil que vivirla, al menos antes pensaba eso, pero la vida no es tan compleja como parece, hay momentos de suma oscuridad, donde no deseamos nada más que permanecer ocultos en nuestra cama, alejando a todos quienes quieren acercarse. Hay otros en los que todo es demasiado hermoso y fácil, esos momentos suelen durar menos, o creemos eso ya que son tan buenos que el tiempo pasa veloz. Debo decir he tenido momentos maravillosos y otros pésimos, he dejado pasar buenas historias porque simplemente no eran parte de lo que en ese momento quería y al ver hacía atrás uno se cuestiona las razones, pero he entendido que simplemente lo que ahora me hace feliz y quiero, no es lo que antes me hacía feliz ni quería. Para aprender a valorar a mi familia debí conocer historias sobre otras casas, y ahí me di cuenta de lo fabuloso que era mi vida familiar pese a las rabietas, gritos y mañoseos. 

Tiendo a la negatividad y a las discusiones es parte de mi esencia al igual que ciertas tradiciones y valores. He aprendido que eso no cambiará, soy así y eso me hacer ser yo. Pero dentro de todo lo más valioso que he aprendido es que todo es hermoso si sabes verlo, hay momentos de eterna felicidad que guardaré siempre, para aquellos momentos en que esté en la parte de abajo de la rueda de la fortuna. Ya sé lo que quiero para mi vida es paz, y sólo la podré obtener estando en paz conmigo, sin perder mi esencia, logrando pequeñas metas. He aprendido muchas cosas y se que debo aprender muchas más, sólo espero que mis próximos aprendizajes duelan menos.