despedida

Suenan los pasos que traerán tu muerte, resopla el viento que te verá caer, no puedes seguir en esta tierra, debes abandonar todo lo que creías que era eterno, pues nada lo es en sí mismo, nada dura por siempre, tu piel va envejeciendo aún estás a tiempo...en tu cuarto de siglo se cumplirá la profecía morirás en una lenta agonía, para qué extender lo que ya sabemos que vendrá, para que extender tu vida, déjame llevarte al manantial de la sangre eterna, deja que corrompa vuestra moral, deja que acaricie tus inseguridades, deja que el viento abra las heridas que no se han de ver, jamás han sabido de las cicatrices que llevas bajo la ropa, porque no sólo me dejas lamerlas con dulzura no te dolerá ni se sanará, pero sabrás que estoy contigo, que quiero que tu muerte no sea en vano, quiero que tu muerte sea el inicio de otra etapa, no es mucho más feliz que lo que ya vives, pero sabrás amar lo que nadie ve, sabrás entender tus agonías, sabrás que nunca debiste haber llorado, que no puedes controlar todo, es verdad que reaccionaste tarde muchas veces, pero por sobre todo sabrás que nada es importante, que la vida es sólo un vaivén de emociones, que a veces es mejor huir, a veces es mejor callar y otra gritar.

ya sabes lo dulce que es penetrar la piel, ya sabes que un poco de sangre no es nada, sabes que las heridas cicatrizan al menos las corporales, sabes que aunque quieras sólo la muerte vence, siempre es la muerte la que gana, la que deja ver lo que has hecho, la que deja que los demás valoricen sus propias vidas, si aún así tú deseas haber muerto y se que es así, es porque debes venir conmigo, cuantas veces no me lo has pedido llorando, siempre me pides haber muerto tú en vez de muchas personas que te rodeaban, cuantas veces suplicaste ofreciendo tu vida, pues hoy vengo a llevármela y traerte una nueva vida, una vida de menos dolor, de no sentir de sólo disfrutar, si no lo quieres acepto, es difícil la vida eterna, si quieres simplemente te dejaré libre, te dejaré morir...

Que así sea...

que mi sangre fluya en los caminos, que se mezcle con la sal, que mi vida se extinga en sólo un hilo de color marrón, viene por fin lo que tanto he añorado, viene al fin el último de mis días, viene al fin la despedida, llévate lo que me queda, ya sabes no me queda mucha piel, llévate mi sangre, no la quiero más, llévate el dolor, las lágrimas y el dolor, deja que desaparezca de esta vida, deja que los demás puedan avanzar, elimina la roca que les impide ser felices, permíteme volar, no quiero más, simplemente llévate todo de mí llévate mi vida...

Que así sea...

Tu vida me pertenece, cuando todos vuelvan a sus labores cotidianas tú ya no existirás, te habrás extinguido de esta falsa tierra, te llevaré a donde perteneces, a la no vida, te llevaré conmigo, pues en realidad somos uno.